Gracias a todas las personas que apoyáis este proyecto.
Desde que lo hice visible he pasado por la montaña rusa de emociones:
Al inicio me sentí incrédula de que alguien podría ver y reconocer la intención y el potencial.
Después me sentí temerosa de que nadie se enteraría del proyecto, que después de tanta preparación las personas que podrían ver su valor no les llegara la información.
Enseguida me sentí profundamente conmovida de recibir donaciones y mensajes de apoyo y de ánimo,
agradecida por verme parte de algo más grande. No se trata de ir a la aventura, se trata de conectar y crear experiencias de apoyo, de validación, de reconocimiento.
En los últimos días fuí invitada a iniciativas educativas, a guarderías que me contactaron espontáneamente. Lo que escuché era el deseo de ser visto, de hacerse a conocer y de sentirse apoyado. El camino de cambiar las maneras de educar en un sistema establecido es difícil. Ser el protagonista y ser escuchado en su intención de acompañar niños es importante para seguir, para no cansarse, para ver que la contribución es bienvenida.
Mis visitas son actos de reconocimiento, muestras de interés y de confianza, oportunidades de aprender unos de otros y de crear red.
En los últimos días me dí cuenta de cómo la confianza que demuestro a alguien le hace crecer, le ayuda a desarrollar y ofrecer lo mejor de sí mismo y de ampliar la propia zona de confort.
Os agradezco la confianza y la expresión de vuestra voluntad de ir nuevos caminos.