Sigo con los pies dispuestos a continuar, no olvido mi camino, y en el desvío, a veces irremediable, siempre puedo retroceder.
El camino y sus señales, también te ayudan a volver cuando el despiste te pilla de sorpresa pues has bajado la guardia...
Necesario para continuar, necesario quitarse las piedras molestas del zapato ya que es innecesario continuar con molestia, en la incomodidad y con superficial seguridad.
A veces el tiempo te sorprende recibiendo del el un atino acorde a su devenir, tranquilo, fluido, reservado...enmarcado por su testimonio aireado y sabroso del indudable devenir; otras veces todo se detiene y en esa misma piedra que se puso en tu camino, te sientas, respiras, piensas si retroceder o apartarla sin miedo una vez absorvidos los miedos y disueltos los enmascarados conflictos fruto de una mente y corazon confundidos, inciertos pues perdieron la fe y la atencion en busca de acomodarse en pos de evitar lo inevitable.
Da que pensar tanta belleza en el camino, con o sin piedra que te detenga, con o sin mente limpia y clara como agua que emana fresca y fiera, atrevida, en esos pasmosos paisajes de natural vida...
Si no escuchamos los pajaritos en la mañana, si no escuchamos el vaiven de las ramas viejas en los arboles que te cobijan, si no observamos los.colores que se desplegan amenazando la primavera, si no tocamos la hierba fresca de aquel prado sereno y calmado, quiza es porque algo importante llamó tu atención, quizá, no es tan tremendo perder de vez en cuando el Norte, pues, seguro, que tarde o temprano la vida, sin pedirte explicaciones, te devolvera al camino de nuevo, quizá sea porque no es momento de hacer alarde de los sentidos y si del sentir que a veces nos sorprende precipitado e intencionado, quizá necesitamos cerrar para después abrir con las alas más abiertas y sinceras, más sabias y francas, más raudas y divertidas.
En realidad...quién no flaquea, no se fortalece.
GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS